lunes, 21 de mayo de 2012

Maru Mendoza, reseña de TRES VECES TRES LA MAR




Tres veces tres la mar
Autor: Pedro Villar
Ilustradora: Leonor Pérez
México, Ediciones El Naranjo, México, 2012



Tres veces tres la mar, de Pedro Villar y Leonor Pérez

Desde que conocí a Pedro Villar, primero virtualmente y por fortuna hace casi cuatro años en persona, siempre había deseado hojear sus libros, leerlos, releerlos y aun presumirlos con mis amigos. Gracias a su generosidad he tenido acceso a las versiones electrónicas de sus obras Miguel Hernández en 48 estampas, ilustrado por Pedro Villarejo, publicado por la editorial Libro de Notas y El Pastor de Nubes, ilustrado por Miguel Ángel Díez y publicado por Kalandraka.

Ahora gracias a que Ediciones El Naranjo publicó su libro más reciente y que ayer lo compré cuando visité el 2o. Festival del Libro Infantil y Juvenil en la UNAM tengo el enorme placer de abrazar, a unas cuantas semanas de salida de la imprenta, esta obra del poeta español Pedro Villar: Tres veces tres la mar, ilustrado por Leonor Pérez, en el que las palabras del poeta y las imágenes de la ilustradora, en delicada comunión, evocan uno de los encuentros más significativos en la vida, el encuentro con el mar.

Las ilustraciones, bellísimas, me dejaron el sabor de la nostalgia. La paleta de colores me condujo a un mar al atardecer, frío, ajeno al mar de las vacaciones en las más populares playas turísticas mexicanas en donde el sol abrasador imprime otros tonos a la arena, al agua, al cielo, a esa línea que se diluye donde mar y cielo se funden. Fue al leer la semblanza de la chilena Leonor Pérez cuando comprendí que la ilustradora plasmó en la obra su "gusto por los días fríos, sus colores tenues y la lluvia". ¿En cuántos mares dominan esas tonalidades de los paisajes marinos, cuántos niños vivirán la experiencia por primera vez de sentir un mar semejante al que nos presenta Leonor?

Desde la primera aparición de ese niño poeta, de espaldas al lector, sabemos que su mirada está atenta, fija, en el mar. A lo largo de la obra, niño y niña dirigen sus miradas al horizonte, al cielo vespertino, observan todo lo que su mar les ofrece, a veces entrecierran los ojos para escuchar sus secretos.



El barco en el que navego
es un barco sin motor,
tiene por velas los libros
y de aventura el timón,
por rumbo lleva una estrella
que me guía el corazón.


Los grandes amores de Pedro están presentes en su poesía: los niños, las palabras, los libros, la naturaleza. Los niños son los más anhelados lectores para este maestro que seduce con su sencillez a quienes lo leen, a quienes tienen la fortuna de escucharlo de viva voz en un recital. Vayamos de la mano del poeta, de los niños a un encuentro único y memorable con el mar.

Abrazo este libro poblado de mensajes enviados a destinatarios ávidos de historias, abrazo este libro impregnado de sonidos, olores, texturas y sabores de mares vistos y por descubrir.

* * 
Pedro Villar dice: "Nací en Almansa, España, un pueblo con un fascinante castillo en la llanura de La Mancha. Cuando tenía seis años mis padres me llevaron a ver el mar, me quedé sin palabras, silencioso como un pez, mudo de contemplar tanta hermosura".

Leonor Pérez dice: "Nací en Santiago de Chile una tarde de invierno... Aprendí a hablar desde los colores, con un pincel y el corazón... y aprendí a dibujar la montaña en invierno y en verano, una y otra vez".


Maru Mendoza



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